LA ÚLTIMA ROSA


Cierta tarde de mi vida,

Tarde de mi amor también,

Me entregaste florecida,

La ultima rosa que nunca creí ver.

 

Con cariño la cuidé,

Pidiendo que durara más,

Como mi amor hacia ti pensé,

Ésta no marchitaría jamás.

 

Me equivoqué al querer creer,

Que otro me quisiera a mí

Como yo a él,

En este anhelo me quedé,

Y al ver la rosa lloré.

 

Amor completo nunca existió,

Y solo el fruto de mi amor quedó,

Mi corazón de madre me transformó,

Más en ti, tu egoísmo confirmó.

 

Disecada está la rosa,

Más su color y belleza no perdió,

esa angustia dolorosa,

de mi vida desapareció.

 

Maria de Lourdes García Ayala.

14 de junio de 2008. 11:38pm.

Comentarios

  1. Bella poesía. Te felicito por ese talento, pero quedé triste 😥

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  2. Gracias por leer y comentar, si es una poesía triste, eran mis sentimientos para la época y situación, pero ya desde hace mucho,eso cambió,como dice el mismo poema al final, esa angustia dolorosa desapareció.

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