LA ÚLTIMA ROSA
Cierta tarde de mi vida,
Tarde
de mi amor también,
Me
entregaste florecida,
La
ultima rosa que nunca creí ver.
Con
cariño la cuidé,
Pidiendo
que durara más,
Como
mi amor hacia ti pensé,
Ésta
no marchitaría jamás.
Me
equivoqué al querer creer,
Que
otro me quisiera a mí
Como
yo a él,
En
este anhelo me quedé,
Y
al ver la rosa lloré.
Amor completo nunca existió,
Y solo el fruto de mi amor quedó,
Mi corazón de madre me transformó,
Más en ti, tu egoísmo confirmó.
Disecada está la rosa,
Más su color y belleza no perdió,
esa angustia dolorosa,
de mi vida desapareció.
Maria de Lourdes García Ayala.
Bella poesía. Te felicito por ese talento, pero quedé triste 😥
ResponderEliminarGracias por leer y comentar, si es una poesía triste, eran mis sentimientos para la época y situación, pero ya desde hace mucho,eso cambió,como dice el mismo poema al final, esa angustia dolorosa desapareció.
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